El Tai-Chi es una técnica milenaria de origen chino, basado en movimientos lentos, suaves y circulares, coordinados con la respiración y la mirada.
Debido a los movimientos de extensión y compresión que se producen en el cuerpo se obtienen múltiples beneficios físicos:
- Fortalece músculos, huesos y articulaciones.
- Estimula el corazón, el sistema nervioso, inmunológico y linfático.
- Mejora el metabolismo y las funciones digestivas.
- Regula la respiración y amplía la capacidad pulmonar.
Además La práctica de esta disciplina nos aporta flexibilidad, energía, atención, equilibrio y concentración.
Un refrán chino reza así :
”Practicando Tai–Chi se desarrolla, la flexibilidad de un niño, la fuerza de un leñador y la sabiduría de un anciano “